lunes, 21 de septiembre de 2015

SAFARI EN KRUGER PARK



La vida salvaje en el Parque Kruger en Sudáfrica, es una invitación a un universo mágico, peligrosamente fascinante e inmensamente misterioso. El parque Kruger es uno de los más de 400 parques y reservas naturales con que cuenta Sudáfrica y en su hábitat conviven animales de todas las especies y tamaños, tan hermosos como peligrosos



Hacer un safari en el Parque Kruger puede resultar una experiencia única con posibilidades de luego convertirse en un hábito. El acto de poner a prueba tus instintos en un contexto bello y salvaje, tan vasto como impredecible, en donde tienes que agudizar la mirada para intentar penetrar en los bosques, en donde se esconden animales que pesan toneladas, es todo un reto que puede resultar excitante para algunos y para otros, agotador.


















Al igual que cuando pescas y luego de horas de paciencia te sientes feliz al atrapar un pez, en el caso de un safari no hay nada más emocionante que intentar observar los cinco grandes: Elefante africano, búfalo africano, león, leopardo y rinoceronte negro. No es tarea fácil y en ocasiones depende mucho de tu suerte porque los animales transitan por el parque haciendo suyo 18.989 km².



Con una visita aproximada al millón por año este paraíso natural con su fauna y flora única y particular, tiene también muchos lugares con pinturas rupestres y vestigios de la edad de piedra. 

En el año 1926 esta gran extensión de territorio fue denominado oficialmente como reserva natural debido a que un héroe de guerra puso en alerta a las autoridades sobre la extinción de algunos animales por exceso de cacería, las autoridades en agradecimiento nombraron al parque con el nombre de este héroe: “Parque Paul Kruger”. 

En un territorio tan grande se hace  importante la figura del guía, los llamados “Rangers” o “ Trackers”.  Estos guías son verdaderos especialistas, conocedores del terreno y su formación esta institucionalizada. En estos Institutos o Escuelas de la vida salvaje ellos aprenden a desarrollar sus habilidades e instintos para el descubrimiento y persecución de un animal, así como el reconocimiento de sus hábitos y costumbres, el estudio de huellas en el terreno y de la lectura corporal de todas las especies para saber cuándo es posible acercarse y cuando es mejor mantener la distancia o en el peor de los casos de huir. Si tienes suerte y te toca alguien con experiencia puedes acabar por descubrir una jungla más impresionante que cualquier serie del National Geographic.



Estos “Trackers” poseen una increíble habilidad para observar o distinguir animales de cualquier tamaño que además son expertos en mimetizarse con la naturaleza. La mayoría de ellos son gente bastante cordial y amable, siempre dispuestos a ayudar y hacerte sentir cómodo, con ganas de explicarte cada cosa que te puede resultar interesante así como para contarte historias y curiosidades sobre determinados animales y de su relación con los humanos, me pone feliz compartir estos momentos con ellos y tener cerca a mis hijos para escuchar sus historias.



Como familia adoramos la naturaleza y en lo personal me resulta interesante poder contrastar el tipo de selva tan diferente al de la selva amazónica de donde provengo. La selva africana con sus sabanas infinitas y sus bosques llenos de sorpresas, con sus ríos y lagos llenos de vida son un regalo generoso de la naturaleza. Porque tiene mucho de especial y único, el momento en que logras descubrir al primero de los grandes animales, es una experiencia excitante donde sientes fluir la adrenalina en tu interior para seguidamente desafiarte a buscar el siguiente.













Se necesita paciencia y debes despertar temprano para poder ver a los animales de madrugada, 
cuando todos salen para alimentarse de las hojas de los árboles y arbustos, frescos aun por el roció de la madrugada, es maravilloso poder ver la silueta de un elefante que levanta la trompa mientras el sol comienza a levantarse o estar cerca del rio y ver bostezar a los hipopótamos, mientras que sobre el agua la luz brillante del sol refleja ondas de ensueño, ni que decir si te topas con una manada de 22 leones persiguiendo una manada de ñus y poder observar de cerca todo el proceso de cacería o de repente, encontrarte en medio de una manada sosegada de más de 40 rinocerontes que van al rio para beber agua. Son momentos que se quedan grabados en nuestros corazones y en nuestras mentes.


El parque está abierto todo el año, en época de frio, que es a mediados de Junio hasta Agosto, todo es más árido y seco, por lo que es posible encontrar manadas de animales en lugares en donde se concentra el agua, es un paisaje diferente al que nos podemos encontrar en tiempo de calor, que es de setiembre a abril donde todo cambia y se pueden observar que las hojas de los árboles y la vegetación son más tupidas con muchos contrastes de colores verde.


He tenido junto a mi familia la oportunidad de realizar diferentes Safaris en épocas distintas del año, el hecho de vivir a dos horas en auto desde nuestra casa en Maputo – Mozambique hasta la entrada del parque facilita nuestras visitas. Existen distintas campamentos que el parque posee y que son de gestión pública, en ellos puedes incluso visitar el parque con tu propio coche pero está prohibido salir de la carretera por lo que ver animales dependerá de tu suerte, muchos de estos campamentos tienen habitaciones cómodas por precios bastante asequibles.




 También existen lugares privados que son casonas antiguas de cazadores convertidas a  hoteles que se dedican exclusivamente a realizar safaris y cuentan con una mayor seguridad para los grupos familiares. Muchos de los campamentos privados trabajan con las comunidades quienes se encargan de muchas cosas, desde la alimentación, la seguridad, el confort y como guías en los safaris. Para los más aventureros existen campamentos privados que son abiertos y sin barreras para los animales y en donde no se permiten niños.




Estos campamentos privados ofrecen servicios con una mayor calidad y normalmente la reserva incluye las comidas y todos los gastos del safari, sus guías tienen licencia de circulación por todo el parque y con seguridad que tendrás más oportunidades de ver animales con ellos.



Fuera de los cincos grandes puedes jugar a descubrir los cinco animales más pequeños o los cinco más feos. A veces la naturaleza te depara un encuentro con un guepardo hembra enseñando a su cría a cazar a su vez una cría de jirafa o encontrarte con una familia de leones que junto a sus bebes van devorando un Kudú durante días y días. Debes tener mucho cuidado, cada terreno que pisas está lleno de vida, aunque no los veas o no seas capaz de distinguirlos están allí: tortugas pequeñas, escarabajos, pájaros en sus nidos y hasta serpientes.


 Si hacer un safari al inicio del día o al atardecer es ya una gran experiencia, imaginen la aventura de hacerlo por la noche y descubrir a los animales cuyas capacidades de sobrevivencia nocturna son cosa de otro mundo. La noche es territorio de hienas, serpientes mambas, lagartos, galagos e iguanas, así como hipopótamos quienes prefieren salir de noche para alimentarse.


Muchos animales se muestran más confiados para cazar por la noche, es muy probable que te encuentres con manadas de hienas, perros salvajes, algún chacal persiguiendo liebres o hasta el impredecible Leopardo, probablemente el animal más difícil de ver para todos los visitantes.



 Si te interesa la aventura y la vida salvaje, el parque Kruger es un buen destino, yo recomendaría un mínimo de tres días  para disfrutar del parque y realizar tu propia “cacería” fotográfica, aunque también puedes hacer una visita de un solo día, si tienes suerte podrás ver de todo y si no, tendrás una excusa para regresar.




Las fotos son gentileza de Pepe Bossa y otras que son mías. 

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