A propósito de mi visita a Lima, he podido comprobar que este retorno ha sido asociado a mis sentidos del gusto y del sabor। Nunca, como esta vez, he intentado poder saborear distintas cosas। Esta vez, no quería terminar arrepintiéndome por dietas tontas de pura vanidad।
Recuerdo el olor en la cocina de mi abuela preparando un juane o un juane de Yuca। Los primeros trozos de chancaca preparados en la chacra। Un penetrante olor que proviene del tipo de árbol usado como leña, una mezcla de humo y dulce, o un dulce sabor de caña ahumada। Mis primeros dulces tenían que ver con cosas echas a base de guayabas, de plátanos maduros o de poma rosa, que es una fruta noble para preparar tortas y sumos, aunque degustada simple, es tan rica como una manzana। Así recuerdo los primeros dulces que comí.
Luego estaban las cosas preparadas a base de maíz como la chicha y las humitas, los tamales de maní, las empanadas de yuca y los juanes de yuca rellenos con pescado seco, la sarapatera que es una sopa de tortuga y que se prepara en el mismo casco del animal. Aunque hay tiempos de veda y hay que respetarlos. Me ha puesto contento saber que por fin se esta descubriendo las bondades de la comida amazónica peruana. Muchos y nuevos chef vienen haciendo deliciosos descubrimientos.
En lo personal no tengo la menor duda de que la comida es también el modo en que recuerdo a las mujeres que he amado y que aun amo। Sus mimos, engreimientos, caricias y besos, están asociados a un plato de comida en especial o a un postre। Los juanes y los inchicapis de maní me recuerdan a mi abuela, el chupe de camarones y la sopa de fréjoles me recuerdan a mi madre, el pastel de choclo al sabor de unos besos en un invierno sureño, el cebiche y el suspiro a la limeña, a la pasión y las caricias tiernas de mi esposa en el invierno miraflorino।
Es difícil desligarme de estos sentimientos। Amores y Sabores।
Saborear un anticucho me estimula no solo el apetito, sino también deseos más primarios. La comida de un chifa me ayuda a sentirme mejor el resto del día y creo que hasta mis relaciones afectivas son más abiertas y a veces, hasta atrevidas. Recuerdo que el lugar donde me enamore de mi esposa fue en la cocina, luego de ver la manera etérea en que se desplazaba cuando cocinaba.
En tiempos en que la tecnología y la modernidad nos van sobrepasando con sus aparatos de última generación, afectando el modo de intercambio en nuestras relaciones afectivas, es bueno redescubrir la cocina como un espacio posible para relacionarnos y comunicarnos. Son muy pocas las personas que se toman algo de tiempo para cocinar y muchas veces, les resulta un acto solitario para nada divertido. Isabel Allende en su libro Afrodita dice: Cocinar solo es como hacer sexo con uno mismo, es imposible disfrutar de una buena comida si no tienes con quien compartirlo. Comer bien y acompañado en muchas culturas, esta asociado a nuestra salud sexual, inspira a la creación y guía mejor el alma.
Estoy de acuerdo con ese tipo de pensamiento pues creo que es delicioso cocinar y compartir con alguien el proceso y resultado de tus sabores en una cocina. Pero si te quieres a ti mismo, estoy seguro que preparar en solitario un plato que realmente disfrutes, puede ayudar a mejorar tu estado de animo. Hay platos simples y de fácil preparación como el cebiche, un arroz chaufa, un lomito saltado, etc. Para compartir el paraíso un buen plato de chilcano de pescado, o una parihuela o mejor un menestron, un aguadito de pato, un rocoto relleno a lo arequipeño, o un majarisco del norte, y que de un ajiaco, una chanfainita, un cuy chactado o un escabeche…
Es tanta la variedad de platos que existe en nuestro país, que pienso, que todos los peruanos tenemos una comida en particular, asociado a un sentimiento, un recuerdo, una inspiración, un amor…, porque los amores verdaderos son sagrados y la comida es sagrada, pues alimenta el cuerpo y reconforta el espíritu. Amor y sabor, es una comunión que ha sido celebrada desde siempre por plebeyos, reyes, dioses y mortales.
A todos aquellos que les guste la cocina peruana, les recomiendo este link http://www.yanuq.com/index.htm, un lugar con recetas y consejos muy útiles para atreverse a ingresar a un fabuloso mundo de sabores. ¡PROVECHO!
Recuerdo el olor en la cocina de mi abuela preparando un juane o un juane de Yuca। Los primeros trozos de chancaca preparados en la chacra। Un penetrante olor que proviene del tipo de árbol usado como leña, una mezcla de humo y dulce, o un dulce sabor de caña ahumada। Mis primeros dulces tenían que ver con cosas echas a base de guayabas, de plátanos maduros o de poma rosa, que es una fruta noble para preparar tortas y sumos, aunque degustada simple, es tan rica como una manzana। Así recuerdo los primeros dulces que comí.
Luego estaban las cosas preparadas a base de maíz como la chicha y las humitas, los tamales de maní, las empanadas de yuca y los juanes de yuca rellenos con pescado seco, la sarapatera que es una sopa de tortuga y que se prepara en el mismo casco del animal. Aunque hay tiempos de veda y hay que respetarlos. Me ha puesto contento saber que por fin se esta descubriendo las bondades de la comida amazónica peruana. Muchos y nuevos chef vienen haciendo deliciosos descubrimientos.
En lo personal no tengo la menor duda de que la comida es también el modo en que recuerdo a las mujeres que he amado y que aun amo। Sus mimos, engreimientos, caricias y besos, están asociados a un plato de comida en especial o a un postre। Los juanes y los inchicapis de maní me recuerdan a mi abuela, el chupe de camarones y la sopa de fréjoles me recuerdan a mi madre, el pastel de choclo al sabor de unos besos en un invierno sureño, el cebiche y el suspiro a la limeña, a la pasión y las caricias tiernas de mi esposa en el invierno miraflorino।
Es difícil desligarme de estos sentimientos। Amores y Sabores।
Saborear un anticucho me estimula no solo el apetito, sino también deseos más primarios. La comida de un chifa me ayuda a sentirme mejor el resto del día y creo que hasta mis relaciones afectivas son más abiertas y a veces, hasta atrevidas. Recuerdo que el lugar donde me enamore de mi esposa fue en la cocina, luego de ver la manera etérea en que se desplazaba cuando cocinaba.
En tiempos en que la tecnología y la modernidad nos van sobrepasando con sus aparatos de última generación, afectando el modo de intercambio en nuestras relaciones afectivas, es bueno redescubrir la cocina como un espacio posible para relacionarnos y comunicarnos. Son muy pocas las personas que se toman algo de tiempo para cocinar y muchas veces, les resulta un acto solitario para nada divertido. Isabel Allende en su libro Afrodita dice: Cocinar solo es como hacer sexo con uno mismo, es imposible disfrutar de una buena comida si no tienes con quien compartirlo. Comer bien y acompañado en muchas culturas, esta asociado a nuestra salud sexual, inspira a la creación y guía mejor el alma.
Estoy de acuerdo con ese tipo de pensamiento pues creo que es delicioso cocinar y compartir con alguien el proceso y resultado de tus sabores en una cocina. Pero si te quieres a ti mismo, estoy seguro que preparar en solitario un plato que realmente disfrutes, puede ayudar a mejorar tu estado de animo. Hay platos simples y de fácil preparación como el cebiche, un arroz chaufa, un lomito saltado, etc. Para compartir el paraíso un buen plato de chilcano de pescado, o una parihuela o mejor un menestron, un aguadito de pato, un rocoto relleno a lo arequipeño, o un majarisco del norte, y que de un ajiaco, una chanfainita, un cuy chactado o un escabeche…
Es tanta la variedad de platos que existe en nuestro país, que pienso, que todos los peruanos tenemos una comida en particular, asociado a un sentimiento, un recuerdo, una inspiración, un amor…, porque los amores verdaderos son sagrados y la comida es sagrada, pues alimenta el cuerpo y reconforta el espíritu. Amor y sabor, es una comunión que ha sido celebrada desde siempre por plebeyos, reyes, dioses y mortales.
A todos aquellos que les guste la cocina peruana, les recomiendo este link http://www.yanuq.com/index.htm, un lugar con recetas y consejos muy útiles para atreverse a ingresar a un fabuloso mundo de sabores. ¡PROVECHO!
señor, usted si que tiene buen apetito. la sazon de una mujer es inigualable ... como decia mi tia Guillermina, provecho y que pase derecho!!!
ResponderBorrar¡¡Wow!! Excelente, Rafo. Realmente me has hecho retrotraer a mis días y comidas amazónicas loretanas en mi querido Iquitos (y eso que sólo estoy fuera desde abril). Sí. Perú tiene una innegable variedad gastronómica, a la que debe añadirse con mucha más fuerza, la nuestra, la amazónica (siempre soslayada y menospreciada, si te has dado cuenta). Y yo le llamo "timbuche" si estoy en Iquitos, evitando decirle chilcano a una deliciosa sopa de pescado. ¡¡Y se me viene a la mente una exquisita mazamorra de plátano con su deliciosa gamitana y su ají charapita, complementada con su inguiri y su chapo caliente, jajaja!! A propo de la cocina, y las comidas y platos relacionados con mujeres; voy a procurar recordarlas y relacionarlas (pues todas ya están en mi pasado y antigua vida) con algún plato, platillo o bocadillo en especial. Muy bueno. Te felicito. Un cordial abrazo.
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