martes, 4 de enero de 2011

LA SARITA: Peruanamente rockeros

Hace unos años atrás, tuve la oportunidad de ser invitado a un evento, que se realizaba en el gran parque de Lima. Yo había sido convocado para contar historias y luego, se presentarían diversas bandas de rock de nuestra capital. Recuerdo que luego de terminar mi participación, me senté junto con Mónica, enfrente del gran anfiteatro del parque, unos minutos después, el escenario se fue llenando de humo y entre nubes coloridas, se dejaba visualizar una pequeña tienda, hecha con cartones, paja y plástico, tenia también, una bandera peruana ubicada en la parte alta. La imagen era una clara representación de las invasiones habitacionales, en los arenales de Lima.



Una potente voz empezó a cantar en simultaneo con una percusión, a esa voz, fueron sumándose charangos, zampoñas, guitarras eléctricas y arpas; para ir construyendo, una estructura musical, en completa armonía con la puesta en escena. Una puesta en escena "peruanamente rockera", que me puso la piel de gallina, me lleno de emoción y cuyo delirio aun me dura. Provinciano III, es para mí, una canción “quasi droga” que necesito experimentar, cada vez que puedo, escuchándolo en vivo, durante mis esporádicas visitas a Lima.

Como si de repente se alumbrase la muerte
como para animar la pesadez de mi suerte
vienen a mi memoria tantos mudos recuerdos
viejos momentos que encierran toda la verdad।
Vine a la capital cuando era sólo un chibolo

mi padre nos trajo dejándolo todo
hicimos nuestra choza en medio del arenal
y desde pequeño tuve que ir a chambear।
Fui perdiendo el color rosado de mis mejillas

poco a poquito se pudrió la semilla
el cóndor que volaba sobre mi corazón
en gallinazo se transformó।

La Sarita, es de esos grupos que son capaces de llevarte de la euforia al delirio en poco minutos durante sus conciertos.
Como grupo; a “La Sarita” se les ve cohesionados y en muy buena sintonía en el escenario. Julio Pérez encuentra a su socio perfecto, en la rítmica guitarra de Martín Choy. Ambos son el corazón de esta “Sarita”: coqueta, seductora y eficazmente salvaje. Analogía musical del perfecto rock.



Siempre es algo especial ver las puestas en escena que los grupos de rock preparan antes de cada presentación: pirotecnia, luces, humo seco, agua, pantallas gigantes y un sinnúmero de otros artilugios con que los grupos intentan seducir a su audiencia.

Lo simpático de las puestas en escena de “La Sarita”, es que, uno tiene la impresión, de que, realizar todo el montaje de sus espectaculos, les resulta algo espontáneo, simple e improvisado. Mascaras, tiendas de campaña, cruces y representaciones de huacas, se suman a la presencia de los danzantes de tijeras, quienes despliegan una fuerte energía en escena, al ritmo de violines, arpas y baterías; dando como resultado, una tormenta sonora y visual que no necesita de pirotecnias ni de pantallas gigantes para motivar a bailar, y si es posible, animarte a intentar ya ebrio de cerveza y de música, algunas de las piruetas que se muestran en el escenario.

La figura histriónica de Julio Pérez parece levitar encima del escenario, su expresión corporal le otorga vida propia al uso de las mascaras, sus movimientos son enérgicos y felinos, me hace recordar a Mick Jagger o a Iggy Pop, ambos de baile frenético, entregado, fuerte y catártico.



"La Sarita" se define así: "Somos de un Perú que mantiene, adapta, y fusiona sus innumerables tradiciones locales y regionales। Somos del Perú de la devoción a las santas y beatas no oficiales, como Sarita colonia, a quien debemos nuestro nombre। Somos testigos de un cambio de piel irreversible, hijos de una cultura urbana emergente producto de las conquistas populares. Somos imagen del nuevo rostro que asoma, de la nueva voz que canta. Somos el rock del nuevo Perú".

El primer disco de "La Sarita" llevaba el título de "Mas poder", la fuerza musical de este disco, esta sostenido, por ese curioso placer de hacer rock, en la creencia absoluta de la libertad para fusionar, para decir lo que se piensa; con rabia, con lenguaje vibrante, directo y emotivo. En este disco, el discurso de "La Sarita" se muestra distante de los maquillajes musicales frívolos, en una clara apuesta por el discurso sincero, sin pensar en el éxito comercial. “Simeón”, es una canción que nos cuenta la historia, de uno de esos miles de peruanos que fueron víctimas inocentes de la guerra vivida en los años ochenta y noventa.



Mi nombre Simeón, soy agricultor,
son más de tres años que llevo encerrado en esta prisión,
me acusan de ser, terruco feroz,
un arrepentido por vengarse me incriminó.
Loco, estás loco.
Ahora entiendo cuál fue mi delito,
mi delito es haber nacido en la pobreza
¡Oh señor! ¡Exijo una explicación!


Bajo esta misma premisa están también: "China Hereje", "Globalízate", "¿Qué pasa?". Aunque sin duda alguna, la vedette es la canción: “Mas poder” y cuyo título, da nombre al disco.



En los estudios siempre el primero,
todos morían por mis cuadernos,
yo los prestaba a quien elegía,
ese debía darme pleitesía,
grande era mi contento al ver sus lenguas,
lamiéndome el trasero, enorme era mi alegría,
eso me daba mucho placer.
Y aluciné que tenia poder y más poder,
aluciné que tenía poder.


Cada una de estas primeras canciones de "La Sarita", nos abren diversas ventanas, para asistir a una forma de manifestar el sentimiento, de esos millones de peruanos, que somos el resultado de esa mixtura, que el genial José María Arguedas acertó en llamar: "De todas las sangres". Luego de este primer disco vendría "Danza la raza". Un disco que continuaba con la línea del primero y con canciones que resultaron un gran éxito mediático como: “Guachimán” (la favorita de mi hija de ocho años), “Nos quieren gobernar” y la versión rockera de “Cariñito”.




Escucha peruano, escucha papá,
en nuestra cultura algo anda mal,
el que es más pendejo, ése va a triunfar,
por que eso es muy normal.
Nos quieren gobernar, y aquí lo que nos falta
es ética y moral.


Luego de aquella primera vez, en que vi a "La Sarita" en el Gran Parque de Lima, no volví a saber de ellos durante algunos años, tiempo en el que estuvieron ocupados viajando por Colombia, Venezuela, Brasil, Ecuador y Finlandia; compartiendo escenario junto a bandas tan notables como Molotov, Todos Tus Muertos, Manu Chao, A.N.I.M.A.L y muchos otros. Pero, volví a tener la oportunidad de encontrarlos y compartir escenario, durante la celebración de "La libroton" que organizaba la Municipalidad de Lima y su programa de Bibliotecas Comunales, en el "Parque de la Muralla" del centro de Lima. Allí también participaría mi poeta rocker favorito, Rafo Raez y su grupo "Los Paranoias". La Sarita presentaría esa tarde, canciones de su nuevo disco "Mamacha Simona."



Subo a tus cumbres
y siento que la vida está más cerca
hay una verdad escondida en mi cabeza
siento el camino que el destino me ha trazado
es como el camino que mi ancestro ha levantado
claro y fuerte, hecho de piedra caliente
caliente como el alma de mi gente
pueblo andino, antiguo y milenario
que nunca ha olvidado que la tierra lo ha creado.


Un disco con un particular sello de identidad, con un sonido mas maduro y con unas canciones que son un verdadero placer para el oído, con una manifiesta influencia andina y con letras que son verdaderos destellos de genialidad, en la prosa de Julio Pérez. Canciones a los que Martín Choy y el resto del grupo han sabido otorgarle su cuota de talento.

Resistencia cultural, fusión, integración, mestizaje, huayno, mambo, afro, cumbia, salsa y rock. De todas las músicas, de todos los gustos y para todos los peruanos.

Llorar por dentro, esperanza secreta,
vacío infinito en horas inciertas,
sólo un instinto permite seguir,
en medio de un mundo que enseña a destruir.
Carnicerías en nombre de la paz,
las mafias gobiernan, el miedo es mordaz,
la libertad es tan sólo aparente,
la mano que guía se presta al engaño.