jueves, 11 de noviembre de 2010

Ponyo on the cliff by the sea


Suceden muchas cosas en el mar, se encuentran muchas cosas en el mar o en la orilla del mar। Si uno mira con atención, la vida en pequeñito en la orilla del mar es verdaderamente fascinante। Pero… ¿que sucede cuando uno se encuentra una “pecesita” con rostro humano atrapado en un envase de vidrio? más aun, si al momento de encontrarlo tienes tan solo cinco años. Pues eso le sucede a Sosuke, que un día jugando en la orilla del mar, se encuentra un extraño pez con cara de niña y decide ayudarla, la pone en un balde con agua y no pasa mucho tiempo para encariñarse con ella y la nombra Ponyo.

Simple pero mágico inicio para contar una historia y que, durante todo el tiempo que dura la película no dejo de sorprenderme ni de emocionarme. He visto muchas películas infantiles pues tengo dos hijos, y esta, es una de las pocas películas que nos devuelve a ese mundo de fantasía que creamos alrededor nuestro cuando somos niños.

El maestro japonés Hayao Miyazaki no necesita presentación alguna, pues, suyas son otras sorprendentes películas como “La Princesa Mononoke”, “El Castillo Ambulante” o la muy conocida “El viaje de Chihiro” filmes cuya trama y propuesta estética eran mas bien surrealistas.








En esta ocasión el maestro Miyazaki nos propone un mundo lleno de inocencia y de la más infinita ternura। Para lograrlo, el maestro se da el trabajo de obviar el computador y recuperar el trabajo hecho a mano con unas acuarelas bellísimas (hay informaciones que dicen que son mas de 170.000 mil dibujos realizados) lo que otorga al resultado final de su obra, un alucinante brillo estético, en donde los paisajes, los fondos marinos y sus originales personajes adquieran una belleza y un sentido particular.
Sosuke no sabe que su nueva amiga es una princesa del mar, especie de sirenita que quiere explorar el nuevo mundo y que en ese afán de búsqueda, llega a caer atrapada, y es allí, donde Sosuke la encuentra। La simpatía de Ponyo lleva a Sosuke a encariñarse con ella y con el paso de las horas su amistad se ve mas fortalecido al tener que enfrentar diferentes situaciones, que llegan a su clímax cuando Ponyo decide ser humana. Es allí donde empiezan los problemas, pues, esto supone una ruptura dentro del orden natural de las cosas. A sabiendas de lo que esto significa, el padre de Ponyo decide intentar evitarlo pero no lo consigue. Ponyo escapa y con su huida, desencadena una serie de catástrofes naturales: la luna deja su orbita lo que causa tsunamis, lluvias tormentosas e inundaciones. Hasta que hace su aparición la Diosa del mar, madre de Ponyo, quien en su inmensa sabiduría sabe, que solo, si esa amistad es producto de un sentimiento poderoso como el amor, no hay de que preocuparse.

La película tiene momentos subliminales y una de ellas, es la aparición de la Diosa, otros momentos emotivos tienen que ver con la relación de amistad entre Sosuke y sus padres; de alguna manera, el Maestro Miyazaki nos recuerda que antes de padres fuimos hijos y que es importante que nuestros hijos se sientan amigos de sus padres.
Las películas de Hayao Miyazaki son verdaderas obras de arte y no tienen nada que ver con muchas de las mediocres adaptaciones y propuestas de hollywood.

Una película infantil que puede ser disfrutada por todos, un hermoso cuento que merece ser visto en familia. Una propuesta inteligente que reafirma mi creencia de que los niños siempre serán más inteligentes que sus padres.